El origen de este santuario se remonta a 1629, momento en que, según reza la cartela de un cuadro que se encuentra en el presbiterio, se apareció la Virgen María a María Magdalena de Pellón, vecina de Meruelo.
Este suceso trajo consigo la construcción de un edificio en honor a la Virgen en el sitio donde había tenido lugar esta aparición, si bien carecemos de datos concreto sobre su proceso constructivo.
Lo único que podemos señalar a este respecto es que el santuario ya estaba edificado en 1649, pues ese año se contrató la construcción de sesenta tapias para cerrar el terreno de la ermita.
Esto evidencia que el cuerpo principal del edificio se realizó durante la primera mitad del siglo XVII.
Este cuerpo está compuesto por una nave de dos tramos cubiertos por bóvedas de crucería simple, reconstruidas, muy posiblemente, durante la restauración que sufrió el santuario en 1950 como consecuencia del huracán de 1941.
Esta nave se remata con una cabecera recta, cerrada con una bóveda de crucería estrellada de cinco claves que exteriormente se refuerza con cotrafuertes en disposición diagonal.
En 1691 se construyó una casa para albergar a las beatas. En la actualidad se conserva junto al santuario una casa de características propias del momento en que se realizó el beaterio, por lo que es muy posible que se trate de esta primitiva construcción.
En esta casa destaca su división en dos pisos separados por una platabanda lisa y la presencia de vanos refajados.
Aunque generalmente las beatas no estaban sometidas a ninguna regla y vivían voluntariamente en comunidad, las beatas del santuario de los Remedios contaban con algún tipo de normas para el buen funcionamiento de la casa, según se desprende de la visita que realizó el arzobispo Navarrte a este edificio hacia 1706-1709.
La siguiente intervención relevante que se produjo en el santuario de los Remedios tuvo lugar en 1711, momento en que José de Vierna acometió la construcción de la portada.
Esta portada está flanqueada por dos contrafuertes, entre los que se sitúa una bóveda de cañón, decorada con puntas de diamante, que cobija bajo ella la puerta de acceso, compuesta por un arco de medio punto, asentando sobre líneas de imposta.
Años más tarde, en 1733, se completó la fábrica del edificio con la ejecución de la sacristía-camarín que se abre tras la capilla mayor. esta obra fue realizada por Marcos de Vierna Pellón a partir de los diseños de Juan Antonio de la Sierra. Para lograr un efecto barroco, característico de estos camarines, el tracista empleó dos recursos fundamentales. Uno de ellos es la utilización de una luz dirigida que penetra por el óculo del testero, con la que se crea un ambiente irreal y teatral propio de estos ámbitos.
El otro componenete que asocia esta sacristía con la idea de camarín es el arco que se abre en el retablo, lo que permite designarlo como retablo-camarín, muy ligado a la mentalidad barroca que persigue acercar la imagen de devoción al creyente. Otro elemento a tener en cuenta con relación a esta sacristía-camarín es el constante deseo de armonizar con la fábrica antigua.
-M. A. Aramburu-Zabala, I. Cofiño Fernández, C. Losada Varea. La Junta de Siete Villas. Meruelo. Catálogo del Patrimonio Cultural de Cantabria, II. 2001.
Pueblo: Meruelo
Municpio: Meruelo
Comarca: Trasmiera
Fecha: 10-03-12 / 6-06-15
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