Iglesia parroquial de San Julián y Santa Basilisa:
En 1689 se produciría la contrucción del actual retablo mayor, que ya estaba finalizado en 1697, pues una escritura fechada el 20 de Marzo de ese año nos informa de que el dorador Simón de Haro había sido contratado por el arzobispo de Burgos, don Juan de Isla, y por don Bernardo de Isla, arcediano de Treviño y canónigo de Burgos, para llevar a cabo el dorado del retablo mayor de la iglesia por la cantidad de 25.240 reales.
Se trata de la obra más importante y compleja de cuantas se hayan llevado a cabo en Cantabria durante el último tercio de siglo. Grandioso retablo construido sobre planta ochavada, compuesto por banco, cuerpo de cinco calles y ático.
Emplea como elemento de sustentación columnas salomónicas. Su iconografía recoge un abundante número de escenas y personajes en relieve y bulto redondo, con escenas pasionales y del ciclo del Nacimiento, así como figuras de Apóstoles, los Santos Titulares, San Miguel y la Asunción, todas piezas originales de gran calidad.
Incluye también un imponente sagrario-tabernáculo, de la misma época y estilo, pieza exenta a modo de baldaquino cupulado que se sitúa delante de un vano abierto en la sacristía, proporcionando así el efecto de transparente.
A falta de datos documentales directos resulta difícil precisar quiénes fueron sus ejecutores. Para Isabel Cofiño, Karen Mazarrasa y Julio Polo no cabe duda de que el escultor de la obra fue Andrés de Monasterio, pues su estilo impregna todas las piezas. Sin embargo, la autoría arquitectónica parece más oscura.
Su iconografía responde aún a una intencionalidad tridentina, emanada del espíritu religioso del patrono que la sufraga, de ahí el abundante número de escenas y personajes. En los entrepaños del banco se desarrollan las escenas de la Entrada Triunfal a Jerusalén, la Última Cena, la Oración en el Huerto y el Prendimiento.
Los Cuatro Evangelistas se sitúan sentados a plomo junto a las columnas extremas del primer y segundo cuerpo, mientras los Padres de la Iglesia muestran la misma postura en los netos del ático. Sobre el tabernáculo se sitúa la representación de la Fe. Seis relieves albergan las calles laterales, en lectura zigzagueante de abajo arriba, comenzando por el lado de la Epístola, se representa la Adoración de los Pastores, la Adoración de los Reyes, la Huida a Egipto, la Flagelación, el Camino del Calvario y el Descendimiento.
San Pedro y San Pablo flanquean el tabernáculo, con la consabida escena de la Resurreción en la puerta del sagrario. El Arcángel San Miguel y San Juan Evangelista acompañan en el segundo piso las figuras titulares de San Julián y Santa Basilisa.
Por último, la figura de la Asunción y Dios Padre rematan el conjunto desde un ámbito celestial, sugerido por la presencia de ángeles músicos; junto a este encasamento sendas piezas heráldicas evocan el patronazgo del arzobispo Fernández de Isla.
Las imágenes de bulto muestran un canon alargado, actitudes movidas, perfiles abiertos, composiciones en diagonal y plegados de paños abundantes con numerosas quebraduras no muy profundas. Todas ellas denotan una clara dependencia de los modelos castellanos.
-I. Cofiño Fernández, K. Mazarrasa Mowinckel, J. J. Polo Sánchez. La Junta de Siete Villas: Arnuero. Catálogo del Patrimonio Cultural de Cantabria, II. 2001.
Pueblo: Isla
Municipio: Arnuero
Comarca: Trasmiera
Fecha: 11-10-14
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