ANDARIEGO: Santoña

Cementerio de Santoña. El cementerio municipal, junto a la iglesia estaba saturado y era preciso construir otro nuevo.

El 28 de agosto de 1884 el arquitecto provincial Alfredo de la Escalera realizaba el proyecto que había solicitado el Ayuntamiento a la Diputación.

El lugar elegido era el Sondón, en Berria. Para todo ello hubo que pagarse indemnizaciones a los ministerios de Gobernación y Guerra. Por hallarse el paraje inmerso en el frente de tierra de la Plaza de Armas, como también a numerosos vecinos de Santoña y El Dueso, propietarios de terrenos en el lugar.

El proyecto original se fue realizando en varios años y modificando. En diciembre de 1890 entró en funcionamiento el cementerio al tener construidos sus elementos esenciales.

El Sr. Mayans, fue la primera persona enterrada en el cementerio, cuya sepultura fue cedida a su familia. Dicha sepultura llegaría a quedar sin señal alguna, por lo que en distintas corporaciones pedían poner, por lo menos, una cruz con la inscripción correspondiente. Pero con el tiempo…

Posteriormente se fueron añadiendo otros elementos como la Capilla, el depósito de cadáveres, el cierre exterior, el camino de acceso, etc.

En junio de 1917 se proyecto la ampliación del cementerio por sus partes norte y el oeste, pero hasta 1920 no se llevó a cabo y en esas fechas se vio la necesidad de hacerle más grande, por lo que se aprovechó el momento de las obras para ampliarle más. Igualmente se apunto la necesidad de ampliar el civil.

Para hermosear las inmediaciones del cementerio se proyecto, a mediados de marzo de 1922, llevar a cabo las plantaciones de arbolado a la derecha e izquierda del mismo, y determinadas obras de saneamiento, eliminando la poza, echando las tierras, procedentes del arreglo interior.

Por otro lado se tenía que mejorar la entrada del cementerio civil y dar más amplitud a la del católico, a fin de que los coches y carros que allí llegaban pudieran desenvolverse con más facilidad. Muchos de estos deseos no se llevaron a cabo.

Se hizo una puerta sola y más grande en el centro del cementerio católico y en enero de 1923 se aprovechan una verjas de hierro del matadero para ponerlas en la entrada del cementerio y en el osario. Con el tiempo se fueron realizando otras mejoras.